La fecha que nunca olvidas al perder un bebé
A medida que mis responsabilidades siguen aumentando y mi vida se vuelve cada vez más loca, mi memoria me falla más de lo que quisiera pero hay una fecha que nunca logro olvidar. Es hoy, 3 de junio. No importa cuántos años transcurran ni lo feliz que estoy con mi familia. Esa fecha me recuerda lo frágil que es la vida y que hay sueños que a veces nunca se hacen realidad.
Mi corazón aun recuerda un bebé que nunca nació. Soy una de millones de mujeres que han sufrido la pérdida de un bebé. Para aquellas que recién lo están viviendo, lo único que les puedo decir es que aun cuando nunca puedan olvidar lo sucedido, las cosas mejoran. Han transcurrido catorce años desde que me embaracé por primera vez después de intentarlo demasiadas veces. Sentía que estaba atrapada en un cuerpo que me fallaba una y otra vez y que se rehusaba a lograr lo que para otras le era tan fácil.
La alegría que sentí al saber que estaba embarazada duró poco. Días después perdí mi embarazo y una vez más se frustró mi anhelo de ser madre. El 3 de junio era la fecha esperada de parto. A medida que pasan los años, sí logras hacer las paces con lo que nunca fue, con lo que no era para ti, pero eso no implica que te olvidas del dolor de haber perdido algo que tanto querías. Aprendes a vivir con ello después de vivir tu luto por lo que no pudo ser.
Así que hoy le mando un abrazo enorme a todas las mamás que recuerdan a un angelito que nunca lograron tener en brazos. No están solas. Acepten su tristeza y su rabia. Usen esas emociones para hacerse más fuertes. Aun cuando duela recordar, algún día aprenderán a aceptar, a pesar de que nunca olvidarás el día en que hubieras dado a luz.