¿Le darías café a tu hijo?
En nuestra cultura latinoamericana, es común que empecemos el día con un rico café con leche. Sinceramente cuando era más chiquita el café nunca me gustó, pero sí me encantaba tomarme un té caliente por la mañana. Eso sí, muchos de mis compañeros de colegio, especialmente en la adolescencia, estaban acostumbrados a desayunar un pan con palta (aguacate), mermelada o mantequilla y su café con leche. Confieso que cuando iba a la casa de una amiga y veía la nata de la leche encima de la taza de café no me daban ganas ni siquiera de probarlo.
Ya en la universidad descubrí cómo la cafeína me ayudaba a estar más despierta, aun cuando solamente fuera un Nescafé. Después de que me convertí en mamá, el café se volvió una necesidad para poder funcionar y me gradué a lattes, cappuccinos y espressos. Sin embargo, por más que yo crecí entre el café con leche y el pan con palta, eso no significa que yo le he dado café a mis hijos. No lo encuentro necesario. Además considero que ya tienen suficiente energía como para necesitar un poquito más de cafeína en su vida. El solo pensar que mis hijos no duerman me daría taquicardia. Seamos sinceros, ¿alguno de ustedes necesita que sus hijos estén más despiertos y más energéticos? Esto de seguro cambiará en la adolescencia, cuando se sabe que los jóvenes duermen menos, tienen más exigencias académicas y se acuestan más tarde.
Antes no se sabía tanto de los efectos de la cafeína, pero ahora ya hay estudios que han demostrado que los niños que consumen cafeína están más propensos a la depresión, la diabetes tipo 1, al insomnio y también a la obesidad infantil. Eso no me suena nada atractivo para ninguna madre o padre. Aprovecho de recordarles que la cafeína está presente en muchos refrescos y en chocolates, así que si notas que tu hijo anda acelerado, revisa qué está comiendo y bebiendo. La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) dice que los niños no deben consumir cafeína.
¿Por qué traigo a colación el tema? Resulta que acaban de dar a conocer un estudio del Boston Medical Center en el que hallaron que las mamás latinas tienden a darle café a sus hijos desde que son bebés. En serio. Según una encuesta publicada en Bloomberg, el 15% de los niños de 2 años bebe café, según confesaron sus padres. Las madres latinas son 15 veces más propensas a darles café a sus hijos, pero los investigadores no averiguaron el porqué.
Para mí claramente es un tema cultural. Si creciste en un país latinoamericano, probablemente ni siquiera era tema de discusión si acaso era apropiado darle café con leche a un niño. Sin embargo, por más que estemos acostumbrados a algo, no significa que esté bien.
¿Qué opinas? ¿A partir de qué edad consideras que es apropiado que un niño tome café?