Por qué apoyo la Cumbre Mundial Humanitaria de la ONU
Nos equivocamos. La historia pone en evidencia cómo hay situaciones que quienes las vivieron, jamás imaginarían les pasarían a ellos. Desastres naturales, guerras civiles, epidemias y ataques terroristas son sólo algunas de las tragedias que generan una crisis humanitaria. Lamentablemente, en la actualidad hay 60 millones de personas desplazadas o refugiados. Es decir, 42500 personas cada día se ven obligadas a enfrentar situaciones y decisiones imposibles. Deben abandonar sus hogares, sus familias, sus amigos de toda la vida. No porque sean egoístas, sino porque la alternativa es quizás no sobrevivir. No poder encontrar una salida para luego ayudar a quienes no pudieron escapar. Si visitas impossiblechoices.org, entenderás por unos minutos lo complejo de estas decisiones que se limitan no a elegir el mayor bien, sino el mal menor.
Ellos no hablaban español. Tuvieron que aprenderlo. Empezaron de cero. Se adaptaron a su nuevo país, su nuevo idioma, su nuevo hogar. Reconstruyeron sus vidas. Fueron afortunados en poder hacerlo. Luego vendría la segunda guerra mundial y muchos de sus familiares y amigos perecieron. En 1992 visité Kiev y estuve en Babi Yar, donde miles de judíos fueron masacrados por los nazis y sus colaboradores. El 29 y 30 de septiembre de 1941, más de 33 mil judíos fueron asesinados allí. Si mis bisabuelos no hubiesen escapado, quizás yo no existiría para escibirles esta historia.
Sin embargo, Chile tampoco fue inmune a las divisiones y los enfrentamientos. La década de los 70 polarizó al país y terminó con la democracia. Mis padres dejaron todo y vinieron a EEUU en 1972. En El Paso, Texas, nacimos mi hermano y yo.
¿Te animas a que seamos más compasivos y elijamos ser más humanitarios?