Por qué no debes estresarte si tienes un embarazo de alto riesgo
Recuerdo la preocupación que sentí en mi primer embarazo cuando mi médico me dijo que era considerado un embarazo de alto riesgo. Primero que nada, suena un poco alarmante y segundo, hasta ese momento no había pensado que necesitaría cuidados especiales. Aprendí mucho de esa experiencia y como he conocido algunas futuras mamás que me han compartido su angustia, quiero explicar por qué no hay que estresarse, pero sí hay que cuidarse.
Para muchos obstetras, hay factores de riesgo que hacen necesario monitorear más de cerca un embarazo y clasificarlo como riesgoso. Por ejemplo, enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión o problemas de coagulación en la sangre. O si en embarazos pasados tuviste contracciones prematuramente, preeclampsia o toxemia, placenta previa o diste a luz antes de las 37 semanas de gestación, también puede necesitar de más monitoreo.
Tener un embarazo múltiple de mellizos, trillizos o más bebés también es factor de alto riesgo. Y si has perdido más de un embarazo en el pasado, hay médicos que prefieren monitorear a la embarazada muy de cerca. En mi caso, yo había sufrido la pérdida de un embarazo y había otros factores que requerían de más cuidados.
Por otra parte, la edad al momento del embarazo también puede hacer que una embarazada requiera de más cuidados médicos, especialmente cerca de los 40 años. Más que nada porque suele aumentar el riesgo de diabetes del embarazo, tensión elevada, preeclampsia o toxemia u otras complicaciones.
Qué implica un embarazo de alto riesgo
Tener un embarazo de alto riesgo no significa necesariamente que deberás guardar reposo. En muchos casos, sólo implica que en vez de acudir cada cuatro semanas a los controles médicos con el obstetra o partera, necesitarás asistir cada dos semanas o incluso semanalmente. También puede implicar que te realices más exámenes o más ecografías para ver el progreso y crecimiento del feto.
Cuando empecé con contracciones a los seis meses, mi obstetra me monitoreaba de cerca y ya cerca de las 33 semanas tuve que guardar reposo. Mi hijo finalmente nació a las 38 semanas sin complicaciones, por lo que considero que el esfuerzo valió la pena. Mi siguiente embarazo fue un poco más complicado, ya que las contracciones empezaron a la semana 23 y guardé reposo dos meses. Mi hija también logró llegar a las 38 semanas y creo que en gran parte fue por el excelente cuidado de mi obstetra, quien al tratarme como un caso de riesgo, estaba muy pendiente de mí.
Preguntas que debes hacerle a tu médico si tienes un embarazo de alto riesgo
Si tu ginecólogo u obstetra te dice que tu embarazo es de alto riesgo te reitero que no debes entrar en pánico, pero sí es bueno hacerle estas preguntas:
- ¿Qué cuidados especiales necesitaré?
- ¿Debo guardar reposo? ¿Puedo levantarme y bañarme sola?
- ¿Necesito cambiar mi alimentación?
- ¿Cada cuánto debo hacerme chequeos médicos?
- ¿Necesito tomar algún medicamento?
- ¿Puedo tener relaciones sexuales?
- ¿Puedo hacer ejercicio?
- ¿Puedo subir y bajar escaleras?
- ¿Puedo manejar o conducir un auto?
- ¿Necesitaré ayuda con los quehaceres del hogar?
Recuerda mantener la calma siempre porque tener que ser monitoreada más de cerca en el embarazo no necesariamente es malo. Y al final, lo que importa, es cuidar tu salud y la de tu bebé.
Si quieres saber cómo sobreviví el reposo durante mis embarazos, házmelo saber y pronto abordaré el tema aquí en mi blog.