Vivir intensamente… sin dejarte de lado
Hay momentos en que vivir intensamente aun cuando lo busquemos, nos absorbe por completo y hasta parece consumirnos. Los días vuelan o incluso sentimos que estamos corriendo sin parar. Tanta intensidad tiene un costo y llega un punto en el que debemos aprender que aun cuando parezca que podemos hacerlo todo, no debemos hacerlo todo.
Ya sé que decimos “querer es poder” y que constantemente tratamos de motivarnos para hacer más, pero estoy aprendiendo que o aprendes a no querer lograr tanto o simplemente aceptas que a pesar de vivir en los tiempos de la inmediatez, no tienes que lograr todo al mismo tiempo. Es más, muchas veces nos falta darnos cuenta de que disfrutar de tus logros ya es una meta en sí.
En estos momentos, veo que en las últimas semanas, por diversas razones (y todas muy válidas), no he podido hacer una de las cosas que más me apasiona: escribir. Eso ha implicado que he tenido un tanto desatendido mi blog, que es como mi hijo. Sé que muchos de ustedes se han extrañado porque he publicado menos artículos en estos días, pero no me alcanzan las horas para hacer más. Estoy tratando de cumplirle a demasiada gente y quiero hacer lo más que puedo pero es todo un desafío ver cómo cumplirle a los demás sin dejarte de lado.
¿Te pasa algo similar? ¿Sientes a veces que por querer (y tener que) cuidar de los otros necesitas dejar de cuidarte a ti misma y lo que para ti es importante? Sé que es una realidad y no lucho contra ella, especialmente porque cuando decidí que quería ser mamá, sabía que ello implicaría amar tanto a otra personita que sería capaz de postergar mis propias necesidades y deseos para cuidar de mi hijo o hija. Sin embargo, lo que me produce una lucha interna es cómo aprender a manejar mejor todo, para que no llegue el momento en el que me siento exhausta y me doy cuenta de que no le hago un favor a nadie al ignorar mis propias necesidades.
Vivir intensamente te permite lograr más pero el desafío es que el sentir más, el hacer más y el cumplir más no implique que pierdas de vista que en la vida diaria necesitamos tiempo para nosotros mismos, para recargar fuerzas y así disfrutar más. ¿No te parece?