Confesiones de las madres que trabajan fuera del hogar
Últimamente muchas madres se me han acercado y me preguntan “¿cómo le haces?” cuando se dan cuenta de mis horarios y de la frecuencia de mis viajes. La verdad es que la mayor parte del tiempo estoy al borde de la locura total porque la carrera de comunicadora que elegí a veces es incompatible con mi rol de mamá, pero no dejo que me la gane. Quiero estar presente en las competencias deportivas de mis hijos, en los shows de baile, en las reuniones con sus profesoras o cuando están enfermos. Eso muchas veces implica hacer locuras como viajar desde Miami a Nueva York por el día o a Los Angeles por menos de 24 horas.
A una amiga que también tiene una carrera profesional que le exige muchas horas de trabajo, le confesé muy sinceramente cuál era mi secreto: vivo haciendo tres cosas. ¿Cuáles? Aquí van mis confesiones que me pregunto si reflejan a otras madres:
- Las mamás que trabajamos vivimos pidiendo favores. Porque siempre hay momentos en que debemos pedir ayuda, ya sea pasando a buscar a nuestros hijos del colegio, llevarlos a un cumpleaños o para cuidar a nuestros niños cuando viajamos por trabajo.
- Las mamás que trabajamos vivimos dando las gracias. Porque sabemos que no podríamos hacer ni la mitad de lo que hacemos si no contáramos con la ayuda de nuestras familias y amistades que nos apoyan y ayudan. Sobretodo, damos las gracias a quienes más queremos por aceptarnos como somos y que tenemos que cumplir con ciertas responsabilidades que nos hacen estar lejos de nuestra familia. También le damos las gracias a los maestros que entienden cuando no podemos estar en el salón de clases o cuando les envíamos un correo electrónico en vez de ir a una reunión en persona.
- Las mamás que trabajamos vivimos pidiendo disculpas. Quizás llegamos tarde a un evento escolar, nos perdimos un cumpleaños o simplemente no podemos tomarnos un café con las demás madres. Eso implica disculparnos. Pero es más duro para nosotras pedirle perdón a nuestros niños por no poder ser las primeras en recogerlos de la escuela, por atrasarnos a causa de una reunión que duró más de lo planeado, por estar cansadas.
¿Te sientes identificada con lo anterior? Cuéntame qué opinas. ¿Estás de acuerdo en que las madres que trabajan piden favores, dan las gracias y piden disculpas? Me encantaría saber qué crees que es lo que siempre pasa con las mamás que tienen una profesión o desarrollan su carrera fuera del hogar.