Haití aun necesita ayuda 3 años después del terremoto
Increíble pensar que ya han pasado tres años desde el terremoto que devastó a Haití el 12 de enero del 2010. Sin embargo, lo más increíble es ver cómo falta tanto por hacer en la reconstrucción del país más pobre de occidente.
Estuve hace casi un año recorriendo en terreno lugares como Port Au Prince, Leogane y Jacmel junto a las blogueras de Bloggers4Haiti, Leticia Barr, Elena Sonnino, Ana Flores y Nadia Jones (además de Danica Kombol y Kelly Heisler de la agencia Be Everywhere). Fue una experiencia única. Me partió el alma. Ver miles de personas aún sin hogar, viviendo en carpas, pero siempre guardando la dignidad que les queda, te queda grabado en la mente. Como lo he comentado antes, me sorprendía ver la entereza y fortaleza de las mujeres haitianas, ávidas de aprender cualquier oficio que les ayude a ganar dinero para sacar adelante a sus familias. El grupo colectivo de DamDam es un ejemplo de superación y ahora exportan sus creaciones de papier maché.
Sigo agradecida a los voluntarios del campamento de J/P HRO, que por primera vez permitieron el acceso de blogueros gracias al contacto de la filántropa Willa Shalit. Pude ver la realidad de la vida en las carpas, admirar cómo se ofrecía educación gratuita a los niños y conocer las historias de tantas personas que dejaron sus vidas en países mucho más desarrollados para tenderle la mano a quienes habían perdido todo menos la dignidad.
Sigo agradecida a Nathalie Tancrede, quien activamente trata de capacitar a artesanos de Haití para que puedan vender sus creaciones e incluso exportarlas a tiendas como Macy’s. Su hospitalidad e incansable trabajo son admirables, aun cuando ha debido hacer muchos sacrificios personales. También le agradezco a Pascale Faublas por abrirnos la puerta de su casa en Jacmel y admiro la valentía de la reportera gráfica Swoan Parker, quien sigue documentando la dura realidad que se vive en Haití.
Pero más allá de la gratitud, siento las ganas de ayudar. Por eso hoy uso mis palabras para no olvidarnos de Haití y de su gente. Honremos la memoria de quienes perdieron la vida hace tres años, apoyemos a sus familias y ayudemos a que se sigan generando oportunidades de desarrollo sustentable. Porque el pueblo haitiano más allá de donaciones, necesita maneras de sustentarse autónomamente.