La otra cara de las vacaciones
Cuando se acercan las vacaciones, especialmente las de verano, muchas familias viven emociones encontradas. Por un lado, los niños están agotados y felices de no tener que lidiar con deberes, tareas, pruebas y los horarios escolares. Los padres tampoco quieren más proyectos y anhelan un “break”… hasta que se dan cuenta de que las vacaciones implican tener a los niños en casa. Nadie quiere tener a sus hijos conectados a la televisión, la computadora, el celular, el iPad o el Xbox durante semanas, pero es complicado organizarles actividades cada día.
Si tienes suerte, planificarás una vacación familiar para poder divertirse juntos. Sin embargo, como lo recuerda este artículo de KJ Dell’Antonia del New York Times, demasiadas familias no tienen ese privilegio. Es más: las vacaciones de verano se vuelven una complicación, no porque no puedas pagar un viaje, sino porque los papás y las mamás que trabajan fuera del hogar no pueden costear un campamento de verano o una guardería cuando no hay colegio. Aun cuando no trabajes fuera de tu hogar, mantener divertidos a los niños durante dos meses es un tremendo desafío que además es costoso.
Si a eso le agregamos que muchos niños reciben asistencia alimenticia durante el año escolar, se suma otro problema: el del hambre infantil. Sí, porque en el país más rico del mundo, millones de niños pasan hambre. Millones dependen de los desayunos y almuerzos gratuitos que se les entregan en la escuela de lunes a viernes. Como en el verano no hay colegio, esos niños se ven enfrentados a la dura realidad de que sus padres no pueden alimentarlos debidamente. Si es tu caso, envía un mensaje de texto que diga FOOD al 877-877 para que recibas información sobre centros comunitarios que ofrecen comida gratis. Puedes encontrar más información en el sitio de No Kid Hungry, organización que apoyo para combatir el hambre infantil.
Es verdad que tengo la suerte o el privilegio de poder pagar actividades para mis hijos en el verano e incluso nos iremos de viaje en familia. Eso no me impide darme cuenta de lo afortunados que somos y que no es la realidad para millones de otras familias. No me impide darme cuenta de que tenemos un inmenso problema si es que la persona quien cuida de los niños de los demás en la guardería donde trabaja no es capaz siquiera de pagar el cuidado de sus propios niños cuando están de vacaciones. El primer paso es reconocer que tenemos un problema en este país y que hay que construir una mejor red de apoyo para las familias que lo necesitan.
¿Cuál es la solución? No hay una respuesta sencilla. La realidad es que no pasa por alargar el año escolar. A mi modo de ver, el desafío es encontrar una manera de que más niños tengan acceso gratuito o descontado a actividades durante las vacaciones. Además, hay una crisis en los EEUU por la falta de apoyo a los padres que trabajan. Los costos de las guarderías son altísimos. No hay permiso postnatal pagado. No hay leyes sociales en que empresas grandes tengan que ofrecer una guardería en el trabajo mismo. Muchos trabajos incluso ven con malos ojos que papá o mamá se tomen un día libre porque se ha enfermado su hijo. Demasiadas mujeres abandonan sus carreras porque su sueldo no les alcanza para cubrir los costos del cuidado de sus hijos.
Mucho se habla de los valores familiares pero la verdad es que se valora poco a la familia en EEUU. Espero que a la hora de votar, quienes tienen el privilegio de hacer escuchar sus voces envíen un mensaje de que esto tiene que cambiar.