Los padres sí importan
En un mundo donde demasiadas veces hay padres que se hacen los locos frente a su responsabilidad con sus hijos, son las mamás las que han tenido que sacar fuerza de flaqueza para criar a sus niños. Sin embargo, no nos engañemos. El que una madre saque adelante a su hijo sin ayuda de nadie no significa que el papá no importa. Muy por el contrario: soy una convencida de que un padre presente, preocupado y que demuestra su cariño a sus hijos hace una gran diferencia en sus vidas. Eso sí: también creo que cuando hay un papá abusivo o extremadamente frío, es capaz de hacer un daño tan grande que es mejor que no esté presente.
Se acerca el día del padre y quiero que nos detengamos a pensar a veces en la manera en que vemos la paternidad. Creo que por más hombres que desentienden de sus hijos, debemos valorar a los que pase lo que pase, son padres de verdad. Padres que guían, que enseñan, que aman y que nunca están demasiado ocupados para sus hijos. Padres que juegan y que aprenden a ser papás aun cuando nadie les haya enseñado cómo hacerlo, porque antes los hombres se involucraban menos. Solamente en las últimas décadas los hombres han podido estar presentes en el parto, aprenden a cambiar pañales y arrullan sus bebitos cuando lloran en vez que automáticamente entregárselos a la mamá.
No quiero decir que los hombres son perfectos. Si soy sincera, muchas veces hasta nos reímos con mis amigas porque por más buenas intenciones que tengan los papás, les cuesta cuidar a los niños y simplemente no saben qué hacer. Eso sí, siempre digo que hay que dejar que se las ingenien, porque si no, nunca van a poder descubrir y conocer bien a sus hijos, algo que a las mamás pareciera sucedernos más fácilmente. También hay papás que por más amor que sienten por sus hijos, cometen más de un error a la hora de criarlos, pero dadas las circunstancias, quizás hicieron las cosas de la mejor manera en que eran capaces en ese minuto.
No me puedo ni me quiero imaginar la vida de mis hijos sin el amor y la presencia de su papá. Por más que me frustro cuando la crianza de los niños suele recaer más en mí, debo reconocer que mi marido es fabuloso jugando con nuestros hijos, revisando tareas o deberes escolares y lo más importante de todo: los ama incondicionalmente. Eso es maravilloso y por más que parezca obvio, no lo dejo de valorar porque sé lo importante que es sentirse querido de verdad por tu papá. Cuando eso te falta, puede provocarte grandes inseguridades que no se superan nunca, por más que de adulto aprendas a vivir con ellas.
En este día del padre, si tienes la suerte de contar con un papá que sí se involucra en la vida de sus niños, que sí ama de verdad a sus hijos, que lo daría todo por sus chicos, por favor no olvides reconocerlo. Necesitamos más hombres así y debemos ser claras en reconocer que aunque podamos suplir su ausencia, es maravilloso (pero no imprescindible) que un niño cuente con su papá.
¡Feliz día a los papás de verdad! Aprovecho además de desearle un muy feliz día del padre a mi propio papá y mi marido. ¡Los quiero mucho!