Cada cumpleaños es un regalo
Con el tiempo la manera en que apreciamos un cumpleaños va cambiando; cuando estamos bien jóvenes queremos tener más años y cuando somos mayores, a veces quiséramos ser menores. Lo que sí tengo claro es que cada cumpleaños debería ser una verdadera celebración de nuestra vida. Una celebración por las metas que has cumplido. Por las veces que haz logrado levantarte después de una caída. Pero por sobretodo, una celebración de la capacidad que tenemos de sonreír aun cuando las lágrimas te hayan corrido por el rostro.
¿Por qué? Porque la vida es un desafío constante. Por eso puede ser una fuente increíble de grandes satisfacciones o de tremendas frustraciones. Claro que vale la pena cada segundo y cada vez que enfrentamos una época turbulenta, necesitamos recordar que tenemos que aguantar y navegar por aguas turbulentas. No te olvides que el sol siempre está allí aunque lo tapen las nubes, tal como lo mencioné en mi Instagram.
Hoy he cumplido 41 años y me siento tan afortunada de poder celebrarlo. Eso sí, en momentos de alegría como éste, no dejo de pensar en quienes nos dejaron demasiado pronto y que extraño abrazar. Los echo tanto de menos pero su ausencia también me lleva a reflexionar acerca de lo valioso que es cada momento. También me recierda que necesitamos sacarle el máximo provecho a nuestras vidas, sin importar que tan largas o que tena breves sean.
Gracias por permitirme hacer lo que amo, por seguir mis locas aventuras y por demostrarme una y otra vez que las amistades virtuales son muy reales. Este viaje por la vida es más especial todavía porque eres parte de él y en mi cumpleaños sólo me queda demostrar lo agradecida que me siento hacia ti y hacia la vida en general. Hoy me han hecho sentir rodeada de cariño y han llenado mi alma de pura dicha y felicidad. Así que ¡gracias! A brindar por la vida se ha dicho.