Cada persona cuenta y todos podemos ayudar
A veces ver cuántas personas carecen de lo más básico nos abruma. Y por querer ayudar a todos, acabamos por no ayudar a nadie, porque no sabemos cómo. Nos parece que hay tanto por hacer que lo que podamos contribuir es insignificante.
Eso es un error.
Cada día me convenzo más de que cada granito de arena vale oro. En serio. Todos los aportes, toda la ayuda, se va sumando y al final, genera un efecto impresionante. Y no me refiero sólo a dinero. El tiempo que muchos voluntarios dedican a ayudar a los demás no tiene precio. Por otra parte, para alguien que sufre, el sentir que a alguien le interesa lo que le sucede, que otros se preocupan por cómo está, tiene un valor que supera cualquier fortuna.
Por eso me verán apoyando cada vez que pueda diferentes iniciativas. Hace pocas semanas estuve en Nueva York en la cumbre del bien social o Social Good Summit de Mashable y la fundación de la ONU, UN Foundation. Para mí fue un honor estar allí. Pero también me revitalizó. Ver que hay gente cambiando el mundo para mejor en vez de quedarse en su casa quejándose o lamentándose, me inspiró y llenó de energías positivas.
No tienes que viajar, abandonar tu ciudad ni donar todos tus bienes para marcar una diferencia. Evalúa a quien quieres y puedes ayudar. Puedes usar tu voz para crear conciencia, tu tiempo para ayudar en persona o tus sentimientos para hacerle sentir a otro ser humano que su vida importa. Y si tienes hijos, con tus acciones le estarás enseñando a los más chiquitos a preocuparse por los demás y que hay mucho por hacer y agradecer.
Si ya apoyas una fundación, un hospital, una iglesia o alguna institución, cuéntame más en la sección de comentarios. Me encantaría saber más para poder difundir la labor de tantas personas que ayudan a los demás.