Por qué contar tu historia es tan importante
Quienes escribimos en internet en nuestros blogs o de verdad usamos las redes sociales para comunicarnos con los demás, siempre estamos relatando lo que nos sucede o compartiendo lo que vemos. En esencia, somos narradores de la vida diaria, pero muchas veces se nos olvida eso.
Cuando nuestro blog empieza a crecer y se vuelve nuestra fuente de ingresos, significa que aumentan las responsabilidades. Generas expectativas entre tus clientes y tu comunidad. Implica que tienes metas que debes superar e informes que debes enviar. Viajes, eventos, conferencias se suceden y el tiempo escasea. De repente tu día ya no gira en torno a las historias que quieres compartir sino a los deberes que necesitas cumplir.
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Sin embargo, llega un punto en el que tienes que acordarte por qué te decidiste a escribir un blog o a participar en las redes sociales. Para mí es esencial compartir lo que pienso y siento, lo que me da alegría y lo que me da rabia. Lo que me inspira y lo que me frustra. Hay un valor indescriptible en contar tu historia.
Porque la historia de cada uno es totalmente única, pero encontramos puntos de conexión cuando desnudamos nuestra alma y nos damos cuenta de que las alegrías, frustraciones, penas y amistades trascienden la vida digital y crean un nexo real y tangible. Leer las aventuras de otros nos da permiso para aceptar nuestras propias emociones y los sinsabores que encontramos, reflexionar sobre las expectativas que no podremos cumplir y apoyarnos en quienes ya han vivido algo similar. Hay un momento mágico para mí: cuando te das cuenta que no eres el único que pasa por algo. Ese instante en el que te das cuenta que no estás sola. No se trata de que otra persona te de las respuestas para superar los obstáculos que enfrentas. Se trata de sentir que alguien te entiende.
Porque aunque nos podamos llenar de información, estadísticas y números, nada reemplaza el lazo emocional que se forja cuando compartes tus sentimientos, cuando te sinceras contigo y los demás a través de un simple relato. Esa es una de las razones por las que sigo blogueando aunque me falte el tiempo o sigo leyendo las noticias de Facebook o tweets de Twitter. Me gusta saber qué viven los demás y apoyar cuando se puede o desahogarme en una especie de catarsis colectiva. Nuestras vidas no son nuestras fotos de Instagram pero esas fotografías nos permiten ver y compartir un momento de nuestras vidas.
Por eso escribo en mi blog aun cuando me falta tiempo para escribir más.
Y tú, ¿cómo eliges contar tu historia? Atrévete. Hay alguien que necesita escucharla.