Siempre podemos ayudar a alguien
Cuando creemos que una tarea pendiente es demasiado grande, es fácil sentirse abrumado y decidir no hacer nada ya que sentimos que es imposible lograr siquiera realizar algo que marque una diferencia. Sin embargo, si todos hiciéramos algo minúsculo por mejorar las cosas, el impacto sería notable. Siempre tenemos la capacidad de ayudar aunque sea a una sola persona.
No importa cuánta hambre haya en el mundo, cuánta necesidad, cuánta tristeza, siempre siento que puedo aportar algo a los demás. Es cierto que no puedo ayudar a todos y que no puedo resolver los grandes problemas de la humanidad, pero he descubierto que si logro ayudar a una persona, ya mi alma se llena de felicidad. Esto es algo que he tratado de inculcarle a mis hijos desde chiquitos y confieso que hasta yo me asombro de cómo quieren donar sus juguetes o aportar aunque sea un granito de arena para que otras personas se sientan mejor.
En el 2012 fui a Haití para ver cómo podía ayudar. Muchos me miraron como si estuviera loca. No sólo por el riesgo a mi salud o por otros peligros que percibían, sino porque sentían que para qué iba a ir. Para qué siquiera gastar energías y dinero (que no me sobra) cuando el problema es tan grande que no hay nada que yo pueda hacer para mejorar las cosas.
Quise probarles que estaban equivocados. Mi hija incluso me apoyó dibujando una tarjeta en la que simple y llanamente les deseaba a quienes viven en Haití que se sientan mejor. En ese viaje no sólo pude entregar donaciones sino que además descubrí la inmensa dignidad del pueblo haitiano. Pero lo más importante fue ver cómo el ayudar a una persona tiene un efecto multiplicativo. Cada artesano que había recibido capacitación gracias al Clinton Bush Haiti Fund o que recibía apoyo del Artisan Business Network podía mantener a su familia y ayudar a más personas que lo rodean.
La ayuda que uno da va más allá de donar cosas materiales. Lo más valioso que uno puede dar de sí es su tiempo y su trabajo. Recuerda eso cada vez que creas que no tienes nada con qué ayudar a quienes tienen más necesidades o carencias que tú.
Nota: agradezco a Johnson & Johnson por permitirme asistir a la conferencia LATISM, Latinos in Social Media, gracias a su auspicio por segundo año consecutivo. Este post está inspirado en la campaña #InspireCare de Johnson & Johnson, cuyo lema es “Cuidar del mundo comienza contigo”.