Confesiones de mamá: hay días en que una quisiera esconderse
Sabemos que ser mamá no es fácil, pero por más que la mayoría de nosotras no cambiaría a sus hijos por nada ni nadie, hay días en que sencillamente una quisiera tener un minuto de paz. El otro día una amiga que tiene dos hijas confesó por Facebook que se había refugiado en el baño de su casa por unos instantes porque estaba abrumada y me di cuenta que yo no era la única que a veces necesita un respiro. ¿Te ha pasado a ti alguna vez?
A veces son las responsabilidades sin fin las que nos abruman. Otras veces, los gritos y peleas que son normales entre los niños y hermanos. El cansancio eterno que sentimos no ayuda y simplemente hay momentos en que no podemos más. En vez de gritar, las madres más evolucionadas sienten ganas de escaparse por un rato. O de esconderse para que te dejen un paz por un ratito. No necesita ser un tiempo largo, pero sin duda necesitamos respirar en esos momentos para recobrar nuestra sanidad mental.
¿Por qué llegamos a un punto tan abrumador? ¿Por qué sencillamente sentimos que no podemos más en ese instante? La razón es muy simple, por más que apunte a un problema muy complicado de resolver. A las mamás nos cuesta ponernos a nosotras mismas como prioridad y olvidamos que necesitamos un tiempo para nosotras mismas a diario. Un tiempo en el que no cumplamos con ningún deber, no atendamos las necesidades de otros ni hagamos lo que se espera de nosotras. Un tiempo en el que podamos hacer lo que necesitemos o queremos hacer, como dormir, leer, ver televisión o hasta darnos un baño de manera tranquila y relajada.
Yo misma soy excelente para dar consejos y olvidarme de aplicarlos en mi vida. Sin embargo, noto la diferencia cuando a diario encuentro un respiro y me preocupo de cuidarme a mí misma. Ahora que comienza una nueva semana, a ver si nos animamos a preocuparnos de estar lo mejor posible para que no lleguemos al punto de querer escondernos en el baño a llorar porque emocionalmente ya no podemos más.